Edmund Hillary, el Everest y el 22@

Por Enrique Urreta
Socio director de CINC, vicepresidente de la Asociación 22@network y miembro de la junta directiva de la asociación de espacios de trabajo flexibles Proworkspaces
 
Hay hitos que siempre serán recordados por ser un ejemplo de superación y materialización de un sueño. Uno de ellos tuvo lugar el 29 de mayo de 1953, cuando Edmund Hillary y Tenzing Norgay se convirtieron en los primeros alpinistas que coronaron el Everest, la montaña más alta de la Tierra.
 
Lo más importante de esta hazaña no fue el logro de Hillary y Norgay, sino su gran capacidad para imaginar y planificar a la perfección cómo iban a conseguirlo. Sin ese esfuerzo y organización extraordinarios no hubieran llegado a convertirse en los pioneros que marcaron la historia del alpinismo mundial. 
 
Hillary fue un visionario que vivió todo tipo de dificultades sin los medios económicos, logísticos y humanos que tenemos hoy. Y aun así, fue capaz de hacer realidad un proyecto que sigue siendo un ejemplo a seguir, no solo para los alpinistas, sino también para cualquier emprendedor.
 
Quién iba a decirnos que 66 años más tarde veríamos una interminable cola de más de 200 alpinistas en el estrecho paso de la ladera que conduce a esa misma cima. Muchos compartirán la cumbre, pero nadie tendrá jamás la intrepidez que hizo pioneros a Hillary y Tenzing. Y es que aunque un hito deje de serlo, nunca debemos olvidar el riesgo y el esfuerzo del precursor, de quien marca el paso y lo arriesga todo para abrir un camino que otros podrán seguir. 
 
Esta historia sirve de metáfora para recordar la transformación que ha vivido el 22@, el núcleo tecnológico de Barcelona. En 2007 el distrito de Sant Martí era un territorio desconocido y prácticamente inexplorado en el ámbito empresarial, y hoy es la zona donde quieren estar las grandes multinacionales.  
 
Las empresas que ahora se instalan de forma cómoda en el 22@ lo hacen gracias al camino que han trazado aquellas que fueron pioneras al explorar un entorno por el que nadie apostaba. Son las que llevan las cicatrices de los pasos estrechos, han sufrido la escasez del oxígeno y han descubierto nuevas rutas y maneras de avanzar.  
 
CINC es pionero por haber formado parte hace más de una década de ese pequeño grupo de empresas que descubrió el 22@, contribuyó a su desarrollo y dio paso a la implantación de empresas nacionales e internacionales. Gracias a ello, es la pista de despegue de startups y de aterrizaje de multinacionales que llegan a Barcelona desde cualquier país del mundo. 
 
Los entornos empresariales cambian constantemente, y sin la experiencia de quienes tuvieron la valentía de arriesgarlo todo nunca llegarían a prosperar. Por eso, no hay duda de que aquellos profesionales y empresas que formaron parte de la historia del 22@ siempre serán un ejemplo a seguir para los nuevos integrantes del distrito de la innovación. 
 

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