¿Se puede conseguir financiación sin incluir nuevos socios en la empresa?

En general, cuando una empresa necesita financiación y acude a un inversor, este termina adquiriendo un porcentaje de las participaciones. Pero, ¿qué sucede no quiere que entren nuevos socios en la compañía?
 
En estos casos, la solución consiste en firmar un contrato de cuentas de participación, que permite a la empresa obtener financiación sin que el inversor llegue a convertirse en socio. Así, si el negocio va bien, recupera parte de los beneficios que hayan pactado; y si va mal, asumirá las pérdidas que le correspondan.
 

¿Qué ventajas tiene el contrato de cuentas de participación?


La principal ventaja de este tipo de contrato es que el inversor nunca se convertirá en socio de la empresa y, únicamente, se le deberá informar de los resultados económicos. En este sentido, puedes tener la tranquilidad de seguir controlando la gestión del negocio. 
 
También es posible pactar que la cuenta en participación afecte solo a un negocio concreto, y no a toda la actividad de la empresa. De esta manera, podemos abrirnos a nuevos mercados sin que el nuevo inversor intervenga en los negocios ya existentes.
 
Este tipo de contrato tiene ventajas fiscales, tanto para el inversor como para la empresa:
 
Para la empresa: el reparto de beneficios que corresponda al inversor será un gasto deducible. De esta manera, la empresa se ahorrará un 25%.
 
Para el inversor: este ingreso será un rendimiento del capital mobiliario y tributará en su IRPF en la base de ahorro a un tipo entre el 19% y el 25%. Y aunque el inversor fuese socio y percibiese dividendos, también debería tributarse a esos tipos, pero con la cuenta en participación podrá obtener un mayor neto.
 
Por ejemplo, si una empresa formaliza una cuenta en participación con un inversor sobre un nuevo negocio y en un año éste en concreto genera 200.000 euros de beneficio, de los cuales han acordado que el inversor perciba el 30%.
 
En resumen, para una misma participación en los beneficios, con la cuenta en participación el inversor obtiene más ganancias que siendo socio y, la empresa, por su parte, dispone de más para repartir entre el resto de socios.  

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