Las oficinas flexibles han venido para quedarse

En un entorno actual tan cambiante, las dinámicas en las oficinas tradicionales se están adaptando de manera gradual, y la entrada del teletrabajo a esta ecuación está provocando el crecimiento de los espacios de trabajo, flexibilizándolos y especializándolos. 
 
En esta nueva fase, aunque los intereses de empresas y trabajadores parecen distintos, en realidad no son tan dispares. Y es que, según las últimas encuestas realizadas, como la llevada a cabo por las Cámaras de comercio de España, un 84% de los trabajadores prefiere teletrabajar entre 2 y 3 días a la semana por una mejor conciliación, así como por el ahorro en tiempo y dinero en desplazamientos y alimentación. Además, en lo que respecta a las empresas, la Fundación Alares ha realizado también un estudio que indica que el 58’31% de ellas continuará con dinámicas de teletrabajo una vez concluya la pandemia.
 
Por tanto, lejos de plantear fórmulas de trabajo 100% presenciales o a distancia, la solución híbrida que alterna de forma semanal días de teletrabajo y días en la oficina corporativa cubre con solvencia las necesidades emergentes de las empresas, que son:  la flexibilidad, la movilidad, la identificación con la compañía, la reducción de emisiones y las relaciones profesionales, sin olvidar las dinámicas sociales, que también se producen en el lugar de trabajo.
 
Un ejemplo de ello es que cada vez más empresas están optando por oficinas flexibles, que aglutinan puntos de encuentro y relación, puestos de trabajo, salas de formación y adaptabilidad de espacios en tiempo real. Así que, en definitiva, la consolidación de los espacios de trabajo flexibles ya es palpable, y podemos afirmar que han venido para quedarse. 
 

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