Entrevista a La Cubana

Entrevista La Cubana

Año de fundación: 1980.
Sector: Espectáculos (teatro).
Ubicación: L’Hospitalet de Llobregat
Sitio web: https://www.lacubana.es/es/

Entrevistamos a Jordi Milán, director y creador de la compañía de teatro La Cubana.

¿A qué se dedica La Cubana? ¿Cómo os definiríais y cuál es vuestra filosofía?

La Cubana es una compañía de teatro creada en Sitges el 1980. Nos definimos como una compañía poco convencional a quien le apasiona el teatro. Nos consideramos “teatreros”: nos gusta la parte más creativa del teatro y aprendemos cada día de este oficio.

Podríamos decir que la filosofía de la casa es muy artesanal, “fait à la main”. También de aventura: sabes cuando empieza un nuevo proyecto, pero no sabes nunca cuando acabará. Nos dejamos llevar por la fantasía y nos basamos en la idea que todo es posible, que con ilusión puedes hacer muchas cosas.

¿Cómo fueron los orígenes de La Cubana?

La compañía nació en Sitges en 1980. Todo empezó como un juego, como un grupo de teatro amateur, y hacíamos teatro como un hobbie. Más tarde, el 1983, en el marco del Festival de teatro de Sitges, hicimos el espectáculo de calle “Cubanas Delikatessen”, que tuvo mucho de éxito. Lo vio Hermann Bonnín, que entonces era director del Centro Dramático de la Generalitat de Cataluña, y nos propuso de hacerlo en Barcelona. Además, también daba la casualidad que en aquel momento en Barcelona se celebraba un congreso de programadores de toda España que pudieron ver nuestro espectáculo, les gustó y nos pidieron que hiciéramos el mismo en sus ciudades para enseñarlo en toda España, y dijimos que sí.

Todo esto nos permitió darnos a conocer y empezar a profesionalizarnos. Cada cual tenía su trabajo y oficio, que dejamos aparcados por aquel verano. Yo, por ejemplo, dejé mi trabajo de diseñador, nos liamos la manta a la cabeza y nos pasamos el verano de gira por España, haciendo teatro, aquello que más nos gusta. Pero finalmente no fue solo un verano: fueron dos años y medio (porque iba saliendo un bolo detrás del otro). Pensábamos que sería algo temporal, pero lo fuimos enlazando. Así que toda aquella aventura tomó un rumbo más profesional.

Más tarde, en 1986, volvimos a hacer teatro con cuatro paredes con un espectáculo basado en lo abre “La tempestad”, de William Shakespeare. Tuvo mucho éxito, e incluso fuimos al extranjero. En aquel momento algunos de los compañeros decidieron que lo dejaban, pero unos cuántos continuamos, y así hemos seguido hasta día de hoy. Y de aquí viene toda la historia de La Cubana, que empezó hace casi 45 años.

¿De dónde surge el nombre de la compañía?

El nombre de La Cubana nace porque queríamos que tuviera que ver con Sitges. A finales del siglo XIX, en Sitges, y en una gran cantidad de pueblos de la costa en Cataluña y en toda España, la gente se iba a hacer fortuna a Cuba. La palabra “cubano” se utilizaba mucho como sinónimo de familia aventurera. De hecho, Sitges está muy relacionada con Cuba: los gigantes del pueblo son unos “cubanos”, hay calles con nombres de ciudades de Cuba y encontramos palacetes coloniales. Entonces nos pareció que esta expresión tenía mucho que ver con toda esta aventura, todo este juego que empezó.

Aparte de esto, dio la casualidad que la madre de la Vicky Planas, una de las actrices y fundadora de la compañía, tenía una tienda de ropa que se decía “Modas Mercedes”. Un día decidieron pintar la tienda, y para sacar la pintura antigua tenían que usar un soplete para dejar la madera limpia. Pues resulta que debajo de la fachada apareció el nombre del comercio anterior, que se llamaba “La Cubana”. Nos dimos cuenta de esto una noche, mientras volvíamos animados al acabar uno de los espectáculos, mientras hablábamos sobre los americanos y los indianos: pasamos delante de la tienda y vimos el antiguo nombre. Y fue como una especie de iluminación: tal y como si se nos hubiera aparecido Nuestra Señora de Lourdes, se nos apareció el nombre de La Cubana.

¿Cuánto de tiempo os lleva preparar cada uno de vuestros espectáculos? ¿Cuántos años de media en cartel los tenéis? Y, ¿a qué ciudades lleváis vuestros espectáculos?

Algunos espectáculos nos han llevado 5 o 6 meses de preparación, y otros, como “Cegada de amor”, tardaron un año. Y después, los explotamos mucho: estamos tres años como mínimo con el mismo espectáculo, hacemos gira por toda España en las principales capitales. En Barcelona, por ejemplo, 9 meses o un año, en Madrid 7 meses, Sevilla, Bilbao, un mes… Después vayamos a lugares más pequeños, donde estamos quince días o una semana.

Las Teresinas han estado y todavía son uno de los personajes míticos de La Cubana. Tanto, que ahora lanzáis un libro sobre su biografía, “Vida de Teresina. Biografía autorizada de Las Teresines”. ¿De dónde salió la idea de estos personajes y por qué creéis han tenido tanto de éxito?

Las Teresinas son tres hermanas jubiladas que viven de la economía sumergida en el barrio de Gracia de Barcelona. Son mujeres que hablan tal como les sale, con un lenguaje muy de calle. Creamos la sitcom Teresina S.A. sin grandes pretensiones en 1992, y la verdad es que ha sido una serie que ha tenido mucha repercusión (es un fenómeno que a nosotros todavía resulta sorprendente). Por eso acordamos hacer el libro “Vida de Teresina” con la editorial Penguin, sobre todo aquello que la gente no conoce de la vida de estos personajes tan entrañables.

Podríamos decir que todos somos un poco como las Teresinas: todos somos buenos, pero con un punto de maldad. Son unas mujeres de empujón, catalanas, y esto no se puede trasladar a jefe otro lugar, ni tampoco las podemos equiparar al concepto español de “maruja”. Cada lugar tiene su propio estilo, que se traslada en la forma de hacer y actuar de los personajes.

¿De dónde sale el concepto «Teresina»? Lo inventamos nosotros, y va muy vinculado a Sitges. Es un tipo de señora que nos hizo mucha gracia. Conocíamos a varias Teresinas: la Teresina del ballet, la Teresina de la floristería, la Teresina del modisto… Y sobre por qué son tres, nos inspiramos en unas señoras que conocía mi familia, que eran tres hermanas. Se hacían llamar “Las Modestas” (las denominábamos así porque su padre se llamaba Modesto), y una de ellas estaba separada y las otras solteras. Habían sido maquinistas de zapatos y se dedicaban a confeccionar chaquetas de piel.

La temática que se muestra en la serie sobre la economía sumergida y los pedidos que hacían las Teresinas es real. En aquella época mucha gente se dedicaba a ensobrar desde casa, por ejemplo, y se ganaba la vida de este modo, por eso decidimos plasmarlo en la serie. Nosotros pertenecíamos a una época en que la economía sumergida estaba a flor de piel. En los años 60, mucha gente hacía horas extras: trabajaban en una tienda y en acabar se iban a otro lugar, y así se ganaban un sobresueldo.

¿Qué consideráis que hay detrás del éxito de la la compañía? ¿Qué creéis qué os hace diferentes o singulares respecto a otras compañías de teatro?

El que nos diferencia otras compañías es que utilizamos mucho la artesanía, aquello que dicen los franceses “fait à la main”. Basándonos en la idea de que todo es posible. El teatro es un arte efímero que se hace y se deshace cada noche. Nace como una obra escrita, pero después se interpreta muchas veces, y aunque cada noche sea el mismo, cada día es diferente.

La forma de actuar también es bastante peculiar, basada en el costumbrismo. Aquel “teatro” que tenemos a nuestro alrededor: de nuestra familia, nuestro trabajo, que pasa inadvertido como teatro. Pero es teatro. Todo esto nos gusta reproducirlo. Quizás el teatro, como teatro, no lo utiliza tanto, porque todo tiene que ser dicho y hecho de una manera más corta, y en cambio nosotros cogemos toda esta forma de hablar más “normal”, porque la gente se sienta identificada.

De este modo, acercamos los personajes, que a primera vista pueden parecer estrafalarios o exagerados, pero después la gente sale a la calle y los ven, ¡son reales! Y mucha gente nos dice: este o aquella se asemeja a tal personaje. Les gusta ver representada la suegra o al vecino en nuestros personajes. Pueden parecer estrafalarios, pero son reales. Al final, una persona tiene que ir “sorbiendo” de todas partes y de la vida misma, y el teatro se inspira en todo esto.

También destacaría el hecho de que el público interactúe en los espectáculos. Nos gusta su participación: no nos gusta forzar, pero sí la idea de jugar con ellos. Del mismo modo que jugábamos a indios y americanos de pequeños, donde creabas un juego, y cada cual asumía su rol, nosotros jugamos con el público. Y a la gente esto los gusta. Incluso hay muchos que de entrada no están dispuestos a jugar, pero acaban entrando en el juego, como por ejemplo, en “Campanadas de boda”, donde los disfrazábamos a todos de invitados. Nos gusta que el público se dé cuenta de que el protagonista es él: somos los conductores y ellos los guionistas. La inspiración viene de allí.

¿Qué es lo que más valoráis de CINC?

CINC para nosotros ha sido todo un descubrimiento: nos sentimos seguros y tranquilos, puesto que sabemos que estamos en muy buenas manos. Me gusta hacer teatro, pero no tanto tener que tener una empresa para poder hacerlo, ser empresario… Y en este aspecto los profesionales de CINC nos asesoran y siempre nos dan mucha tranquilidad.

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