Autónomo vs Sociedad Mercantil: ¿Cuál es la mejor opción para tu negocio?

Autónomo vs Sociedad Mercantil

¿Alguna vez te has planteado cuál es la mejor opción entre operar como autónomo o constituir una Sociedad Mercantil? Esta pregunta nos llega al correo de nuestra asesoría para empresas casi cada mes. Esta decisión conlleva diferencias significativas en términos de fiscalidad, obligaciones personales y gestión del patrimonio empresarial y personal. Para ayudarte a despejar dudas, a continuación, te presentamos las características principales de cada modalidad y cómo podrías implementarlas en tu futuro negocio.

Darse de alta como autónomo/a

Optar por ser autónomo/a significa que una persona física lleva a cabo una actividad económica por cuenta propia. Darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y en el modelo fiscal 36/037 es sencillo y gratuito, por lo que su puesta en marcha es más rápida y sin apenas complicaciones. Además, la gestión contable es más simple en comparación con una sociedad.

Por otra parte, esta modalidad presenta riesgos significativos. Suelen aparecer grandes deudas y obligaciones cuyos reparos deben ser asumidos por el patrimonio personal del propietario. También, la carga fiscal es más elevada, pues el IRPF es progresivo y puede alcanzar porcentajes superiores al 40% dependiendo de los beneficios obtenidos.

Constituir una Sociedad Mercantil

Una de las mayores ventajas de esta opción es la limitación de la responsabilidad al capital aportado, protegiendo así el patrimonio de los socios. Asimismo, suele ofrecer una imagen más sólida y creíble tanto a clientes como a proveedores, y facilita el acceso a financiación extra. No olvidemos que las Sociedades Mercantiles pueden obtener beneficios fiscales gracias a varias deducciones y tipos impositivos más favorables.

No obstante, construirla implica formalidades y costes iniciales más elevados que los de darse de alta como autónomo. Es necesario registrar un nombre para la empresa, firmar una escritura ante notario, solicitar el CIF e inscribir la sociedad en el Registro Mercantil. También, suele requerir la contratación de servicios especializados y la aportación de un capital social mínimo.

¿Cuál sería la opción más recomendable?

Después de examinar las formalidades mencionadas, se concluye que la decisión entre ser autónomo o constituir una Sociedad Mercantil depende de diversos factores, como la etapa del negocio y el nivel de beneficios. Para empresas que están comenzando, ser autónomo puede resultar más rentable debido a los menores costos iniciales. No obstante, para entidades ya establecidas con ingresos significativos, optar por una sociedad puede ofrecer ventajas fiscales y una amplia protección del patrimonio.

En definitiva, no hay una única opción que sea la mejor en todos los casos, pero se recomienda iniciar como autónomo y, con el tiempo, evaluar el cambio a una forma jurídica más adecuada para el crecimiento y consolidación del negocio.

Si aún tienes dudes y necesitas asesoramiento para aclarar qué opción te conviene más, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo de CINC Asesoría.

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